CONTADOR DE VISITAS

Desde hace aproximadamente 3 años se ha aplicado una medida en gran parte del territorio antioqueño que consiste en la restricción para el porte legal de armas de fuego de uso defensivo, tratando así de conseguir una reducción de los índices de criminalidad en materia de homicidios, atracos callejeros, fleteos, extorciones, hurtos, boleteo, secuestros, desplazamiento forzado, qué se han visto incrementados en los últimos tres (3) años. Esta polémica se ha intensificado ya que algunos políticos y miembros de ONG’S, han iniciado una campaña entonada e incauta en favor de la prohibición permanente al porte legal de armas de fuego, medida esta, que resulta incoherente e inapropiada teniendo en cuenta qué los índices de criminalidad, se han aumentado o por lo menos sostenido en las zonas donde se ha implementado. Desprendiéndose de esta situación un efecto contrario al esperado. Para adoptar medidas en el sentido de prohibir, incluso de restringir el porte legal de armas de fuego para la defensa personal, es indispensable establecer las razones de peso justificadas y coherentes con la realidad de nuestro departamento. Sin dejarnos llevar por utopías apasionadas y romanticismos insensatos frente a tan delicada consideración. Para esto es preciso entender la problemática social por la cual atraviesa el país. Al interior de nuestra sociedad se generan una serie de problemas económicos, sociales y culturales que desencadenan en una crisis de valores y principios, esto unido al poder de corrupción y de violencia que genera el narcotráfico, se crea el caldo de cultivo necesario para que todos los factores de violencia y de delincuencia se incrementen exponencialmente hasta alcanzar niveles que rayan con la ciencia ficción. Una guerra abierta entre las bandas que manejan el micro tráfico, la extorción y el boleteo por el control de territorios para obtener jugosas ganancias que hacen parecer que cualquier otro negocio como el de las E.P.S en la salud sea irrisible.

DELINCUENTE ENTREVISTADO EN LA COMUNA 6 DE MEDELLIN JACTÁNDOSE DE TENER UN ARMA "ILEGAL"

Situaciones como el de fronteras invisibles en los distintos barrios, homicidios por cruzar dichas fronteras sin importar de quien se trate, niña o niño hombre o mujer, usted o yo .hacen que cualquier medida al respecto deba tomarse de manera racional sin ningún tipo de apasionamiento y de sentimientos incautos que hacen pensar que el simple hecho de desarmar a las personas de bien tendría un impacto favorable en el sentido de terminar o en su defecto controlar estos actos de barbarie en nuestra ciudad y departamento. Cabe destacar que no toda persona que porta un arma es un delincuente, pero sí lo es aquella que la porta de manera ilegal. Por el contrario las medidas y consideraciones legales jurídicas y policivas deben estar encaminadas a atacar, judicializar y sancionar de manera más severa el uso y porte de armas ilegales en todo el territorio nacional así como su entrada ilegal al país. El uso de armas de fuego para la defensa personal nace de la desesperada situación de indefensión y vulnerabilidad en la que nos encontramos las personas de bien en nuestro país, sí bien una arma no nos vuelve totalmente invulnerables por lo menos nos da la sensación de no serlo en su totalidad y nos da la libre opción de llegado el caso tomar de manera libre y racional la decisión de defendernos o no de los delincuentes que acechan en cada esquina, a la salida de un banco, de un cajero electrónico, o mientras nos desplazamos en nuestro vehículo por las calles de nuestra ciudad. Este mal llamado desarme; por el contrario tiene una lectura favorable para la delincuencia común que se ve envalentonada, contra la población civil que queda a su merced sin ninguna posibilidad de defenderse ante cualquier tipo de acto delictivo, es así como vemos de manera escalofriante como una indefensa señora que trata de proteger a sus vecinos pidiendo ayuda a los transeúntes del sector cae vilmente asesinada bajo las balas de los bandidos que no necesitan permiso para portar las armas ilegales ,sin que nadie pudiera hacer nada para protegerla. Crimen que seguramente quedara en la impunidad. De esta situación pareciera derivarse que en el estado de indefensión en el que nos encontramos actualmente debemos replantear nuestros principios de solidaridad y de lealtad con nuestros vecinos y quizás rezar para que no nos ocurra a nosotros o a los nuestros, porque estaríamos expuestos a ser las próximas víctimas. La situación en cuanto a la existencia y el continuo ingreso de contrabando de armas de fuego ilegales en nuestro departamento tiene connotaciones de crisis de seguridad ciudadana, donde en las comunas por solo $450.000 se compra un revolver cal. 38, con $800.000 se compra una pistola 9mm y por 2.000.000 se puede comprar un fusil AK 47.

LANZA GRANADAS RPG INCAUTADO EN LA COMUNA 13 DE MEDELLIN

Esto hasta hace unos meses atrás, pero hoy en día se consiguen mejores armas y más baratas como las sofisticadas pistolas “five seven mata policías” o fusiles M16 que son capases de perforar todo tipo de chalecos y carros blindados que ni siquiera nuestros organismos de seguridad más sofisticados los poseen. Unido a esto, el agravante de que un delincuente que es capturado en flagrancia con un arma ilegal solo será detenido a lo sumo tres o cuatro días puesto que estos delitos son excarcelables y quedara en libertad para seguir delinquiendo o en el peor de los casos le darán el beneficio de casa por cárcel. De ninguna manera queremos desmeritar el trabajo de la fuerza pública, todo lo contrario alentamos y exhortamos a nuestras fuerzas armadas a continuar con la gran labor que cumplen, brindando seguridad y protección a todos los ciudadanos qué les es humanamente posible, con los escasos recursos humanos y logísticos que un país pobre como el nuestro puede invertir en materia de seguridad. Sí no tuviéramos una fuerza pública tan capaz profesional y calificada este país viviría en la anarquía total. Pero desafortunadamente el accionar de los facinerosos es cada día más sofisticado y violento haciendo que la fuerza pública se quede a veces corta en la noble misión que cumplen. ¡Por otra parte si el desarme total de la población civil pudiera darse, ya no sería una opción lógica tener un arma de fuego! , ya que carecería de todo sentido; por el contrario sí el desarme es solo para las personas de bien respetuosas de las leyes que son las qué en última instancia cumplen con los decretos de la restricción al porte de armas.Esto se convierte en una infamia para con las personas de bien que quedan a merced de los delincuentes, qué la experiencia nos muestra, nunca se desarmaran. Nuestro presidente ALVARO URIBE VELEZ nos ha enseñado con la seguridad democrática, y nos ha dado ejemplo en el sentido que debemos rodear nuestras instituciones legalmente establecidas, pero que a su vez todos somos responsables de nuestra seguridad y la de los demás, en la medida que se enfrente a los delincuentes dentro de la legitimidad que las leyes y la constitución nos otorga. Como ciudadanos de bien, respetuosos del estado de derecho y de sus instituciones legalmente establecidas es nuestro deber dirigirnos a las autoridades competentes para replantear dicha medida ya que esta ha demostrado ser una medida equivocada, incauta y contraproducente pues no ha arrojado los resultados esperados durante estos dos años de su aplicación.

martes, 3 de agosto de 2010

"Pida la 'visa' antes de cruzar la cuadra "

No solamente la seguridad se ha visto afectada por culpa de las murallas transparentes que separan a las comunidades y las declara enemigas. El transporte y la economía también ha tenido perjuicios. Los buseros deben pagar peajes también invisibles. Las tiendas no tienen el mismo flujo de antes y hay familias divididas por unas cuantas cuadras que para verse deben poner puntos de encuentro en el centro de la ciudad.

Cuando llegó caminando de lado a lado y vomitando como si estuviera borracho, Lucho* preparó el antídoto contra el veneno: sacó el aceite y lo mezcló con polvito de panela y, aunque le clavaba las uñas mientras le limpiaba el bigote y le abría la boca, le hizo tragar las tres cucharadas del jarabe a su gato.

Fue la primera y única vez que pudo salvar una vida. Antes de que su vecina le enseñara la fórmula casera para revivir mascotas, ya había perdido al perro que se comió el "plato fuerte" de carne con vidrio molido que le sirvieron los de abajo para que no ladrara cada vez que intentaban atacar a los de arriba.

Como volvieron a escuchar maullidos en la frontera del barrio, días después desaparecieron al felino. A los periquitos que cantaban de día les alzaron la puerta de la jaula y los hicieron volar para que no gritaran de noche. Por eso, el mismo Lucho, el animador del barrio que alborotaba las fiestas y alzaba su voz con euforia "¡Arriba esos ánimos!, ¡Histeriaaaaa!" y ponía a brincar a toda la cuadra, cuando percibe un extraño silencio acompañado del murmullo y la sombra de unos pasos sigilosos, se pone un dedo en los labios mientras mira a sus niñas y les susurra "¡Shhhh! apaguen todo que esto se prendió".

Antes de escuchar la primera señal del repertorio de guerra, las hijas ya están tiradas en el piso, acostadas sobre el colchón, tapándose la boca y preparadas para callar durante el combate. Cuando suena el disparo que le rinde homenaje al muro transparente e inaugura la desintegración del barrio, Lucho les aprieta las manitos, improvisa palabras de esperanza, finge una sonrisa para disimular el desánimo y las arrulla mientras repite silenciosamente: "...no griten. Calma. Quietecitas. 
                           
                                        EL MANDATO DE ARRIBA
Así se vive en barrios de Medellín repletos de muros invisibles y de "cónsules" armados que conceden la visa o deportan al cementerio.
                                                                                       
 ¿Entonces qué? ¿vas a hablar o te quiebro aquí mismo?", dice John* cuando debe amedrentar al extranjero de otro barrio que ingresó sin permiso al territorio ajeno. "Alzale la camisa y raquetialo", le indica al compañero mientras lo cuña con el revólver. Después de la requisa comienza la indagatoria: "Quién sos, de dónde venís y para dónde vas".

"Todos son informantes hasta que no demuestren lo contrario -les dice el jefe del combo-. Sospechen de los extraños y de los nuevos porque pueden estar haciendo inteligencia". Dependiendo del grado de veracidad de las respuestas, de las referencias laborales y familiares que tenga y de la capacidad para demostrar su inocencia, se le otorga una visa de estudio o de trabajo temporal; lo deportan al cementerio inmediatamente o le asignan el respectivo acompañante para que aborde la ruta de la tortura: arriba en la montaña, debajo de la calle o encima de la casa.

Al aire libre, le atan las manos junto a un árbol, le tiran baldados de agua y le entregan el cable de la electricidad mientras le sacan la misma información que buscaba: "Cuáles son los puntos periféricos, las rutas de evacuación y de escape, quiénes son los campaneros y quién manda allá". Por cada pregunta sin resolver, lo pueden dejar horas e incluso días encerrado en la alcantarilla, nadando en aguas negras, sin ventilación y ahogado por la fetidez del aroma. Y en la terraza, todos tienen la autorización para practicar sobre el cuerpo del extraño sus mejores golpes por cada respuesta inconclusa y, en casos de mucho silencio y poca cooperación, traen la tabla repleta de clavos que sí los hace cantar.


                                          EL PLOMERO DE PLOMO

Como era tan incondicional y siempre salía a la hora que fuera a destaquear el baño, a taponar el tubo reventado o a cerrar la llave del grifo, Sonia escogió al plomero para que la acompañara a la medianoche a preguntar por el muchacho que recogió la ambulancia después del tiroteo de abajo.

El plomero lo encontró agonizando en la camilla del hospital mientras la madre temblaba de los nervios en la salita de desespero. Alcanzó a contar seis rotos en su cuerpo y quiso tener su caja de herramientas en ese momento para ponerle taponcitos y estancarle la sangre. Presenció el momento en que los pálpitos perdieron volumen y lo cubrieron con una sábana blanca luego de que intentaran bombear el pecho y darle voz a su corazón.

De repente se le taqueó la garganta y se sintió incapaz de evacuar la mala noticia: "Que vaya donde el médico", le dijo topado de cobardía a la madre del recién fallecido mientras sus ojos comenzaban a goterear. "¿Por qué si se derrumban las casas, se desliza la tierra, se desbordan las quebradas, se agrietan los caminos... por qué no se cae ese muro del barrio? -se pregunta el plomero-. Es como si la naturaleza se manifestara porque los hombres ya no lo hacen".
A Elena la desvela que a su hijo lo deslumbre una vuelta en moto y tocarle el fierro al pillo de la esquina. La agobia que no gane tanto para competir con la "mesada" semanal de 30 mil pesos que el combo le ofrece al niño por llevarles encomiendas de marihuana y cocaína a domicilio. Y la indigna cuando recibe una llamada y debe pedir los pasajes prestados cada vez que debe ir a la Policía a recoger "al menor infractor detenido por porte y tráfico de estupefacientes".

El papá de Toño hace los cálculos y espera con un vasito de agua la gran llegada en bicicleta del hijo de 46 años que viene del trabajo. Antes del levantamiento del muro invisible, Toño se demoraba menos para coronar su meta por las calles de abajo. Ahora sale desde el Sur y empieza la carrera contrarreloj para llegar antes de que el sol se esconda para que el peligro no le salga de noche. Durante la ruta de montaña evoca a "Cochise" Rodríguez, a Lucho Herrera y comienza a animarse así mismo: "¡Vamos Toño!, ¡Ya casisito llegamos! "¡Así es!", ¡Vos sos un verraco!".

Cuando supera los obstáculos naturales y los armados, el aguatero que más le hace fuerza en la vida le sonríe al verlo llegar. Toño parquea la bicicleta y le da el abrazo más sudado al viejo que aún lo saluda de besito en la mejilla y lo trata como a un campeón. Parece que llegar a viejo sin enterrar a un hijo es un récord en el barrio.

Aunque la amenaza no discrimina edad ni raza y el riesgo es para todos y todas, Javier sabe que su hijo está en los años mozos más propios para morir. Cada día le recuerda la ruta prohibida y las calles y las esquinas que no puede pisar. Aunque tenga 23 años, le pide permiso para llevarlo y recogerlo como a un niño. Le recomienda que camine por la mitad de la calle para que no lo cuñen contra la pared, tampoco lo jalen desde una puerta ni lo metan a un laberinto estrecho a la fuerza.

A veces pelea con su muchacho porque apagó el celular; lo regaña porque no se reportó en la noche e incluso le alza la voz porque incumplió el horario de llegada. Cuando cae en cuenta que le está gritando y se está sobrepasando con su hijo, Javier flaquea y suspira, sus ojos se derraman y con la voz quebrada dice: "Como si usted fuera inmune... Y uno aquí haciendo fuerza... Entendé que te quiero".

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DECRETO 2535 DE 1993 "REGULACIÓN DE ARMAS, MUNICIONES Y EXPLOSIVOS

DECRETO NUMERO 2535 DE 1993
(diciembre 17)

por el cual se expiden normas sobre armas, municiones y explosivos.

PARA DESCARGAR EL DECRETO PINCHA EL LINK A CONTINUACIÓN:

http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/decretoslinea/1993/diciembre/17/dec2535171993.pdf

RESTRICCION PARA EL PORTE DE ARMAS LEGALES “UNA MEDIDA INCAUTA”

Desde hace aproximadamente 2 años se ha aplicado una medida en gran parte del territorio antioqueño que consiste en la restricción para el porte legal de armas de fuego de uso defensivo, tratando así de conseguir una reducción de los índices de criminalidad en materia de homicidios, atracos callejeros, fleteos, extorciones, hurtos, boleteo, secuestros, desplazamiento forzado, qué se han visto incrementados en los últimos tres (3) años. Esta polémica se ha intensificado ya que algunos políticos y miembros de ONG’S, han iniciado una campaña entonada e incauta en favor de la prohibición permanente al porte legal de armas de fuego, medida esta, que resulta incoherente e inapropiada teniendo en cuenta qué los índices de criminalidad, se han aumentado o por lo menos sostenido en las zonas donde se ha implementado. Desprendiéndose de esta situación un efecto contrario al esperado.